Especial Orgullo Gay (I). ¡Ah! ¿Pero los maricas juegan?

Con motivo del Orgullo Gay, la conmemoración de la rebelión contra la homofobia institucional, he querido hacer una serie de entradas en relación con el colectivo LGBT en los juegos de mesa.


¡Ah! ¿Pero los maricas juegan?

¡Claro que jugamos! Es cierto que no nos visibilizamos mucho, pero ahí estamos. En la comunidad jugona impera el estereotipo masculino heterosexual, lo que normalmente implica machismo y homofobia. Sin embargo, supongo que por ser una afición, hasta ahora, marginal, somos más tolerantes y educados.


Esto implica dos cosas, que a un jugón o jugona se la trae al pairo lo que hagan otros en la cama (salvo que tengan un interés sexual en él o ella, claro) y que uno no tiene necesidad de reivindicar su orientación sexual.


Por eso, no se nos ve mucho. Aunque a decir verdad cuando uno coge confianza se permite soltar ciertas burradas que dejan bastante clara su propia orientación sexual.


He de confesar que a mí me cuesta poco soltar pluma o alguna broma marica o algo que me «delate». En parte por que creo que es muy importante visibilizar las situaciones marginales, pero fundamentalmente porque ¿cómo si no, voy a echarme un novio jugón*?


En cualquier caso, yo no puedo evitar sorprenderme cuando descubro más chicas, más maricas y más bolleras adictas a los juegos de mesa. De hecho, me atrevería a decir que el estereotipo de jugón masculino y heterosexual es totalmente falso. Por ejemplo, cuando organizaba quedadas el año pasado en La Tabacalera la mayoría de la gente que venía de La BSK eran chicos heteros, pero las personas que se habían enterado por el centro social eran, sobretodo, chicas y la mitad bolleras y maricas (sin contar mis amigos que como podréis suponer bastantes lo son). Otro ejemplo, la pasada Noche Más Corta Más Larga de Juegos jugamos unas 25 personas al Hombres Lobo de Castronegro: había muchas chicas y el doble de maricas que de licántropos. Por supuesto, habría que tener en cuenta sesgos como los movimientos sociales, las ciudades grandes o mis cálculos a ojo poco objetivos**.


Lo que sí puede que sea cierto es que normalmente los que nos obsesionamos con los juegos de mesa, hasta el punto de darnos de alta en la BSK o hacer un blog, son chicos y heteros o, para ser más genérico, gente que follamos poco.


* De hecho, tuve uno y lo conocí por el Grindr. Así que realmente lo de soltar pluma es puro vicio.
** A lo mejor me ha traicionado mi insconsciente y he contado algún hetero jugón buenorro, que haberlos, haylos y que ya me gustaría a mí que jugarán en mi equipo.